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Resultados XV Concurso La Sidra

ACTA DEL JURADO DEL SALÓN XV CONCURSO DE FOTOGRAFÍA – LA...

#8M: MUYERES

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, una fecha que se...

Exposición III Concurso de FotografíaCODEPA Memorial Aurora Mas de Gaminde

Inauguración el 10 de Marzo de 2023 a las 13:30 h en Consultas...

Nilo Blanco de Ana María Robles

En un tronco ahuecado a modo de piragua atravesamos uno de los brazos del Nilo Blanco. Rio caudaloso que contiene islas fértiles ocupadas por una comunidad que vive en armonía compartiendo todo, utensilios, mantas, instrumentos y colaborando en las milenarias rutinas diarias. Es territorio de los “Mundari”, pastores nómades del Nilo.
Por la mañana, poco a poco, las vacas son liberadas y lentamente se dirigen a pastorear dentro de la isla. Los niños se encargan de juntar el estiércol y prender las hogueras. Ellos nacen y crecen entre el ganado, se alimentan de su sangre y leche, se asean con su orina. Temprano, se los ve abrigados con mantas, cubiertos de ceniza, acicalándose.
Al atardecer, cientos de vacas Ankole regresan al campamento llamadas por el sonar de tambores. Van entrando a la niebla, al polvo y al humo producido por las hogueras de estiércol. Cada vaca tiene su lugar y atadas a una pequeña estaca se agrupan alrededor del fuego. Los hombres jóvenes encargados de su cuidado, las masajean meticulosamente con cenizas, hasta sus grandes cornamentas, para protegerlas de los insectos, en una ceremonia de total intimidad. Son vacas sagradas, intermediarias entre ellos y sus Dioses. El sustento de los Mundari, su posición social y dote para formar una familia depende de ellas.
Esto sucede en Sudan del Sur, el país más joven del mundo y también uno de los más pobres. Padecen una guerra interminable y las rivalidades tribales ancestrales persisten aún hoy. Según datos de Naciones Unidas, más de dos millones de personas han sido desplazadas y otros tantos han muerto.
Vimos realidades desconocidas, no difundidas, escondidas. Este pueblo orgulloso, mayormente pacífico y hospitalario, es la tribu más resistente al cambio de los grupos nilóticos cercanos a Juba. Sobrevive con su cultura milenaria en transición, hacia una cultura más sedentaria y occidentalizada.
Ana María Robles

EXPOSICIÓN «IDEOGRAFIAS»

La inteligencia artificial (AI) ha irrumpido en nuestras vidas. Aunque...

REDANIMARE

Ahora que ya no trabajo y me sobran las horas, busqué un sitio apacible...

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En un tronco ahuecado a modo de piragua atravesamos uno de los brazos del Nilo Blanco. Rio caudaloso que contiene islas fértiles ocupadas por una comunidad que vive en armonía compartiendo todo, utensilios, mantas, instrumentos y colaborando en las milenarias rutinas diarias. Es territorio de los “Mundari”, pastores nómades del Nilo.
Por la mañana, poco a poco, las vacas son liberadas y lentamente se dirigen a pastorear dentro de la isla. Los niños se encargan de juntar el estiércol y prender las hogueras. Ellos nacen y crecen entre el ganado, se alimentan de su sangre y leche, se asean con su orina. Temprano, se los ve abrigados con mantas, cubiertos de ceniza, acicalándose.
Al atardecer, cientos de vacas Ankole regresan al campamento llamadas por el sonar de tambores. Van entrando a la niebla, al polvo y al humo producido por las hogueras de estiércol. Cada vaca tiene su lugar y atadas a una pequeña estaca se agrupan alrededor del fuego. Los hombres jóvenes encargados de su cuidado, las masajean meticulosamente con cenizas, hasta sus grandes cornamentas, para protegerlas de los insectos, en una ceremonia de total intimidad. Son vacas sagradas, intermediarias entre ellos y sus Dioses. El sustento de los Mundari, su posición social y dote para formar una familia depende de ellas.
Esto sucede en Sudan del Sur, el país más joven del mundo y también uno de los más pobres. Padecen una guerra interminable y las rivalidades tribales ancestrales persisten aún hoy. Según datos de Naciones Unidas, más de dos millones de personas han sido desplazadas y otros tantos han muerto.
Vimos realidades desconocidas, no difundidas, escondidas. Este pueblo orgulloso, mayormente pacífico y hospitalario, es la tribu más resistente al cambio de los grupos nilóticos cercanos a Juba. Sobrevive con su cultura milenaria en transición, hacia una cultura más sedentaria y occidentalizada.
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Retrato de una vida de Seve Lorenzo

Este proyecto fotográfico nace de una fotografía que quedó por hacer y...

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Por la mañana, poco a poco, las vacas son liberadas y lentamente se dirigen a pastorear dentro de la isla. Los niños se encargan de juntar el estiércol y prender las hogueras. Ellos nacen y crecen entre el ganado, se alimentan de su sangre y leche, se asean con su orina. Temprano, se los ve abrigados con mantas, cubiertos de ceniza, acicalándose.
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Eye of the world. 11 años de Siye Sanat Sarayi

En el 11º aniversario del establecimiento de Sille Sanat Sarayı, ha...